POR QUÉ RECUERDO ESOS TEMAS??


Imagina que te encuentras en un concurso de estos típicos de televisión, en los que para ganar puntos tienes que acertar el nombre de la sintonía que suena por los altavoces. De repente, el presentador dice: "estás listo? Pues vamos allá!" Y tras ello, suena: "NAAAA NA NAAAA, NANANA, NAAA NA NAAAA..." Sin dudarlo un instante, pulsas el botón y gritas: "Es Barrio Sésamo!!". 

Seguramente te sorprenderías al descubrir que conoces muchos más temas (es decir, la melodía fácilmente reconocible de una canción u obra musical) de los que te imaginas, así como las series, videojuegos, películas o anuncios de donde proceden. Pero por qué sucede esto?

Es lógico pensar en un principio que si recuerdo la sintonía del videjuego "super mario bros", por ejemplo, se puede deber a que mientras jugabas, la melodía se repetía un sinfín de veces hasta quedar grabada en tu cerebro de tal forma que jamás podrías olvidarla, incluso después de años sin esucharla. Esto es cierto, pero en realidad es un poco más complicado, puesto que hacer recordar el "tema" principal a los oyentes (es decir, la melodía a la que irá perpetuamente asociada la imagen) es la tarea más importante que tiene el compositor, y por ello a la que dedicará más borradores e innumerables esfuerzos.

Hay una serie de características que comparten todos estos temas, desde las composiciones de James Horner (Braveheart, Avatar) hasta las de Koji Kondo (compositor de la bso antes mencionada de Super Marios Bros, y de la saga The Legend of Zelda) y quiero explicar superficialmente, sin enrrollarme mucho en términos técnicos, cúal es el secreto que hace que nuestra memoria retenga para siempre estas melodías tan pegadizas.

En primer lugar encontrarmos su simplicidad. Y es que cuesta mucho más recordar algo complicado. Los compositores saben de sobra esto, y aunque el desarrollo de sus temas pueda estar más o menos elaborado, lo que es el tema principal siempre suele ser una pequeña pieza de estructura poco complicada, y además, con motivos rítmicos bastante repetitivos. Encontramos un claro ejemplo de ello en la banda sonora de Tiburón, compuesta por John Williams en 1975.





Sólo dos notas y ya tenemos el tema de una banda sonora notoriamente reconocible y además muy acertada (cada vez que comenzaba a sonar temía por la integridad de mis calzoncillos).


En segundo lugar está su brevedad. Y desde mi punto de vista es la característica clave. Esto por supuesto no lo inventaron ellos, y formalmente estos "temas" de los que hablamos, en música se denominan motivos, y tienen algunas directrices específicas como son su extensión (suelen tener un mínimo de dos notas y por lo general no más de siete) así como su rango, es decir, el intervalo de notas por el que se va a mover, tampoco puede ser muy amplio (por ejemplo si la primera nota del tema es un do, normalmente no se suele usar más de un intervalo de décima: do, re, mi, fa, sol, la, si, do, re,mi, como mucho serán las notas que emplee el compositor, repitiéndolas ingeniosamente, y reservando la nota más alta para el clímax del tema en cuestión).

Podemos ver un ejemplo de brevedad en el tema principal de Piratas del Caribe, la maldición de la perla negra compuesto por Klaus Badelt en 2003. (en las posteriores entregas le cedería el testigo a James Horner).


En apenas 14 segundos ya está todo completo. La melodía que siempre recordaremos de piratas del caribe.

Recuerdos temáticos

Este recurso también es muy típico entre los compositores de bandas sonoras, y como los anteriores, está destinado a hacer destacar el tema principal sobre otros motivos menores, para que nunca dudes sobre cúal es la melodía a la que asociarás siempre la película.

Como su propio nombre indica, sólo se trata de recordarnos de cuando en cuando el tema principal, ya sea emitiéndolo de nuevo íntegramente tal cual, o camuflándolo en forma de variaciones, es decir, cambiándo la tonalidad, o algunos ritmos, o cambiando los intrumentos con los que se toca. Las posibilidades son muchísimas, y dependen de la originalidad e inventiva del compositor para hacernos recordar, consciente o subconscientemente, la melodía más representativa de su trabajo para la película.


Podemos ver un ejemplo de recuerdo temático en el tema principal de Harry Potter y la piedra filosofal, compuesto por John Williams en 2001.




Así nos aparece el tema principal de la película. Muy mágico y misterioso con ese solo de glockenspiel.


De nuevo, se vuelve a mostrar el tema principal, esta vez relacionándolo con otro tema de otra índole para una nueva situación.


Y una vez más, la segunda parte del tema, como introducción a otro que continúa desarrollando.


Aunque mi ejemplo favorito es la banda sonora de Super Mario World, el famoso juego para super nintendo, en el que el compositor utilizó el tema principal para TODAS las canciones del juego, variando el acompañamiento según lo requería la circunstancia (el castillo de bowser tiene uno más bien tenebroso, en las fases normales es más bien alegre, al montar en Yoshi suena una nueva percusión de lo más divertida...).




El tema principal de siempre, el de la primera fase del juego.


Aquí cuando vamos al castillo de bowser, de nuevo se repite.


Y otra vez más en la fase acuática.

jajaja y lo mejor es que me he dado cuenta hace poco de esto, mientras escuchaba la banda sonora en la ducha y de repente caí y exclame: "Joder! Koji Kondo me la pegó!"


12 de septiembre de 2011

1 comentario:

  1. Me encanta el análisis :D Curioso la anecdota de Super Mario World, no me dí cuenta hasta ahora xD

    ResponderEliminar